La tristeza es la emoción opuesta a la alegría. Si la alegría viene asociada a la ganancia, la tristeza se vincula a la pérdida.
Existen muchos tipos de pérdida. Podemos perder a un familiar, a un amigo, a un animal... Y las causas de la pérdida también son muy variadas: muerte, divorcio, abandono, traición... Podemos perder bienes materiales, pero también inmateriales, por ejemplo una ilusión o un recuerdo. Podemos perder la salud, una relación, un trabajo, una posición social... Y lo que para mí puede ser una pérdida, para ti puede ser una ganancia o una oportunidad para poner en marcha nuevas formas de hacer las cosas o nuevas versiones de mí mismo.
Cómo reaccionamos ante las pérdidas y cómo nos adaptamos a ellas es diferente en cada persona y en los distintos momentos vitales. Además algunas pérdidas tienen más reconocimiento social que otras. Por ejemplo, no se acompaña igual a una persona que ha perdido un ser querido por defunción que por abandono. Sentirse incomprendido o ignorados por nuestro dolor además de tristeza genera sentimiento de culpa.
La vida no se puede entender sin las experiencias de pérdida. Cada segundo vivido ya forma parte del pasado y en un sentido está perdido. Y en consecuencia toda pérdida conlleva un cambio.
En las próximas semanas, los alumnos continuarán profundizando en la emoción de la tristeza, hasta el 27 de junio, fecha en que concluirá esta primera edición del Curso de las emociones.
El Curso de las Emociones ha despertado mucho interés en las redes sociales y presencialmente a lo largo de su desarrollo. Y tanto los alumnos como la profesora, Myrna Servera, han expresado su satisfacción en el transcurso del viaje. Por ello, todo apunta a que se volverá a impartir después del verano. Informaremos de los detalles próximamente.
Imagen: Retrato de Dr. Gachet realizado por Van Gogh